Papa Francisco confirma que canonizará a pastorcitos de Fátima el 13 de mayo

VATICANO, 20 Abr. 17 / 04:12 am (ACI).- Los hermanos Jacinta y Francisco Marto, los pastorcitos de Fátima que junto con su prima Lucía fueron testigos de las apariciones de la Virgen en Portugal en 1917, serán canonizados el próximo 13 de mayo.

Así lo confirmó el Papa Francisco durante el Consistorio Ordinario Público para la Canonización de los Beatos, que tuvo lugar en el Vaticano. El Pontífice canonizará a los hermanos Marto durante el viaje que realizará a Fátima los días 12 y 13 de mayo de 2017 con motivo de la conmemoración del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova de Iría.

El pasado 23 de marzo, luego de la reunión entre el Santo Padre y el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, se aprobó la promulgación del decreto que reconoce el milagro, la curación de un niño brasileño, atribuido a la intercesión del Beato Francisco Marto y de la Beata Jacinta Marto.

Jacinta nació el 11 de marzo de 1910 y murió el 20 de febrero de 1920, mientras que su hermano Francisco nació el 11 de junio de 1908 y falleció el 4 de abril de 1919. Ambos fueron beatificados por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000.

Jacinta, Francisco y Lucía recibieron la visita de la Virgen María en Cova de Iría, en Fátima, entre mayo y octubre de 1917. Jacinta tenía siete años, Francisco nueve y Lucía diez.

La Virgen se les apareció en 6 ocasiones. En la tercera de ellas, la que se produjo el 13 de julio, la Virgen les reveló el Secreto de Fátima. Según las crónicas, Lucía se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó.

Durante el período de tiempo en que se produjeron las apariciones, los tres niños tuvieron que hacer frente a las incomprensiones de sus familias y vecinos, y a la persecución del gobierno portugués, profundamente anticlerical. Pero aceptaron esas dificultades con fe y valentía: “Si nos matan, no importa. Vamos al cielo”, decían.

Tras las apariciones, los tres pastorcitos siguieron su vida normal, hasta la muerte de Francisco y Jacinta.

Francisco mostró un espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, a pesar de su vida tan corta. Su gran preocupación era “consolar a Nuestro Señor”. Pasaba horas pensando en Dios, por lo que siempre fue considerado como un contemplativo.

Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el cual después de las apariciones “se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban”.

La vida de Jacinta se caracterizó por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores. Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios.

Ver artículo completo en: https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-confirma-que-canonizara-a-pastorcitos-de-fatima-el-13-de-mayo-11728

Cuando la liturgia se desborda

Manuel Soler Palá, msscc

Comparto con ustedes este provocador artículo de mi dilecto profesor, P. Manuel Soler Palá, publicado en su blogLas razones del corazón“. Espero que lo disfruten tanto como yo. De paso, les invito a visitar ese blog y revisar las entradas. No se arrepentirán.

En la noche de Pascua parece como si la Liturgia se desbordara y no diera con las palabras adecuadas. Recurre a los pregones, se desata en emociones y cánticos, intercala aleluyas en cada párrafo. Luego quiere renovarlo todo: luz nueva, agua nueva, compromiso nuevo…

Pensándolo bien, no es para menos. La liturgia no hace sino transmitir el eco de una sorpresa mayúscula ante el gran anuncio: “Jesús de Nazaret, el crucificado, ha resucitado”. Los discípulos saborearon ante estas palabras el pasmo, el miedo, la alegría. Quedaron sumergidos bajo un torbellino de impresiones.

Ante la resurrección de Jesús, ante la Buena Noticia de que no hay que buscar entre los muertos a quien está vivo, también a los cristianos de hoy debiera embargarnos la emoción. Y sin embargo….

Cuestión de ojos claros

Sin embargo, muchos se quedan tan fríos e indiferentes. Muchos oyen el anuncio dormitando o con la mente volando sobre los parajes de las vacaciones. S. Pablo clamaba: “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe”. ¿Sería que eso de la fe no roba el sueño en demasía?

Uno está tentado de pensar que toman más en serio la Pascua aquellos para quienes la Resurrección es escándalo y locura, como ya sucediera en tiempos pasados. Tal vez sea preferible la postura del que se resiste a creer, duda y discute que la de quien todo lo traga sin mover los párpados.

Los que niegan o afirman conmoviéndose hasta las entrañas tienen algo en común: buscan, toman partido, son conscientes de que la cuestión es muy seria. Los que no reaccionan son más peligrosos. Se encuentran al borde de la insensibilidad. O sea, de la muerte.

Es curioso. Los fariseos leían las Escrituras como las leían los primeros cristianos. Los ateos de hoy tal vez leen los Evangelios como los creyentes. Sin embargo unos no van más allá de la inmensa y pesada losa que tapona el sepulcro, mientras los otros están convencidos de que no fue la muerte, sino la vida, quien dijo la última y definitiva palabra. Quizás todo sea cuestión de ojos claros.

Las raíces de la fe

Por estos y por otros motivos el Domingo de Resurrección invita a todos los creyentes a volver la vista a los orígenes, a las raíces de la fe. Ha de ser necesariamente saludable comprobar dónde y cómo nació. Entre otras cosas porque el lastre de veinte siglos tal vez haya enturbiado las aguas.

La Resurrección – y con ella el amor, el servicio, la cruz y el sepulcro- tienen un lenguaje muy nítido. Éstas son las aguas originarias que no dan pie a ninguna ambigüedad.

El Triduo pascual es elocuentísimo. Jueves: el gesto sencillo de partir el pan y beber una copa. El gesto sorprendente de que el líder se ciña una toalla y lave los pies a los suyos. Viernes: el contacto rudo de un madero y un cuerpo humano, sin adornos ni aditamentos, totalmente desnudos. Sábado: la muerte de la muerte, un sepulcro vacío.

Un pan, una copa, una jofaina, una cruz astillosa, un cuerpo desnudo, un sepulcro vacío: he ahí en síntesis el lenguaje inequívoco de la Pascua. Lo del catálogo de dogmas detallando cuanto el cristiano debe creer, vendría después. Los problemas de las vestimentas clericales, todavía más tarde. Los organigramas de acción pastoral, otro tanto. Supongo que estas cosas deben tener su lugar en la Iglesia, pero a la vista está que en los momentos trascendentales de la vida de Jesús no aparecen. Ya sería triste que nos hicieran perder de vista lo fundamental.

Experimentar a Jesús resucitado

Para nosotros hoy y ahora la experiencia de Jesús resucitado no debe concebirse sin más como la restauración de un cadáver. La radical novedad de la Pascua es que uno de nuestra raza vive otra forma superior de existencia. Y nosotros estamos llamados a lo mismo.

La experiencia de Jesús resucitado que nosotros podamos tener en el fondo no difiere mucho de la de los Apóstoles. Sabemos que la causa de Jesús prosigue. Sabemos que no obstante las sombras, los caminos tortuosos y las zancadillas, su espíritu continúa aleteando.

Y el Espíritu de Jesús va a pronunciar la última palabra sobre todo sufrimiento, debilidad y congoja que, al cabo, no son sino caminos abocados a la muerte. La Comunidad cristiana anuncia en el día de Pascua que el último y peor enemigo de todos –la muerte- también será derrotada. No es trata de un consuelo imaginario. Cristo, la primicia de la Humanidad, nos lo garantiza. Él ya ha resucitado.

Cree en la Resurrección quien siente la persona cálida de Jesús junto a sí. No cree en la Resurrección quien lo concibe como un fantasmal sobreviviente. Cree en la Resurrección quien no busca entre los muertos al Viviente.

Para ver el artícuo completo, y otros de interés, visitar: http://lasrazonesdelcorazon.blogspot.com/2017/04/cuando-la-liturgia-se-desborda.html?spref=fb

Gotitas del saber: ¿Sabes lo que quieren decir las iniciales IHS?

Los católicos estamos acostumbrados a ver las iniciales “IHS” en ornamentos, vestimentas litúrgicas, sagrarios, y toda clase de objetos sagrados, incluyendo imágenes y hasta en estructuras como templos. Pero muy pocos saben lo que significan esas iniciales tan familiares.

Pues bien, “IHS” es en monograma el nombre de Jesucristo.

Las tres primeras letras de la palabra “Jesús” en griego son: IHC. Estas se transliteraron al latín como IHS.

Sentido latino:
“I”: Iesus (Jesús), “H”: Hominum (de los hombres), “S”: Salvator (Salvador) =  Jesús, Salvador de los hombres.  Aunque esta no representa el significado original griego, felizmente se refiere y honra al mismo Jesucristo.

El monograma adquirió popularidad con San Bernardo (siglo XII) quien insistió mucho en la devoción al Santo Nombre de Jesús, y en el siglo XIV con el beato Juan Colombini (d. 1367).

San Vicente Ferrer (d. 1419) y San Bernardino de Siena (d. 1444) adoptaron este símbolo. San Ignacio de Loyola adoptó el monograma en su sello como general de los jesuitas (1541), por lo que se convirtió en el emblema de la orden.

Tomado de: http://www.corazones.org/diccionario/ihs.htm

Octavas y Octavitas, una tradición puertorriqueña

Ocatvitas
Nos encontramos en el comienzo de esa tradición que llamamos las “Octavitas”. Hace un par de años, buscando en la internet el origen de esa tradición tan puertorriqueña, me topé con esta explicación que es la más completa que he encontrado. La comparto nuevamente con ustedes.

 

El 14 de enero se acaban oficialmente las Navidades en Puerto Rico. Nos jactamos de ser la nación que tiene el periodo navideño más largo del mundo. Éstas comienzan el último jueves de noviembre y duran hasta el 14 de enero. 45 días, o sea, un mes y medio de duración. En Puerto Rico (como en toda Iberoamérica) se celebra cada 6 de enero el Día de los Tres Santos Reyes Magos, pero al otro día comienza una temporada que conocemos como las Octavitas, que “estiran” las celebraciones ocho días más. Muchas personas, empresas y negocios celebran sus fiestas en estos días.

Si usted como un boricua del siglo XXI considera que esos días son de alargar las Navidades demasiado, no conoce o recuerda cómo la celebraban nuestros abuelos y demás antepasados. Ellos sí que las estiraban. Después del Día de Reyes no comenzaban para ellos las Octavitas, eso era después; primero eran las Octavas… ¿Qué es eso de Octavas? Lee bien.

En las tradiciones de aquellas épocas se le asignaba un día a cada Rey Mago: el 6 de enero se honraba al rey Gaspar; el 7 de enero al rey Melchor y el 8 de enero le tocaba el turno al rey Baltasar. El día 9 de enero honraban unos personajes femeninos conocidos como las Tres Marías y ese mismo día comenzaban las celebraciones de lo que ellos llamaban las Octavas. Todos los vecinos continuaban reyando y organizando diversos festejos propios de la temporada navideña. Estas fiestas se describían muy bien en sus cantos:

“Se fueron los Reyes, con mucha alegría y viene la Octava a los nueve días”.

Claramente establecen al ritmo de la música que las Octavas comenzaban el día 9 y se extendían hasta el día 16 de enero.

“Se fueron los Reyes vienen las Octavas; Dios nos dé salud para celebrarlas”.

La gente pedía salud para continuar fiestando y en estas celebraciones no escatimaban en gastos, hasta quedarse “pelaos”.

“Se fueron los Reyes y vino la Octava se quedó la gente más pobre que estaba”.

Por si fuera poco, el 17 de enero era entonces cuando comenzaban lo que conocemos como las Octavitas, que se extendían hasta el 24 del primer mes del año. Los más fiesteros la “alargaban” hasta lo que se conocía como la “media raja” o sea, la víspera del miércoles de ceniza.

Todo el jolgorio se acababa con la llegada de la Cuaresma, durante ese periodo cristiano que se extiende por 40 días no había música, bailes ni fiestas. Para lograr esto, les quitaban las cuerdas a los cuatros, tiples, guitarras y se procedía a colgarlas en la pared hasta que llegara la llamada Fiesta de la Resurrección del Cristo.

 Mi gente, no hay dudas, en el tema de grandes celebraciones y fiestas navideñas tenemos que quitarnos el sombrero y tratar a nuestros abuelos de “usted y tenga”. ¡Qué rico es ser boricua!

Fuentes: http:–www.primerahora.com/XStatic/prime…, según citado en http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20100102170505AAOX3RA

¡Sí se puede! 10 consejos prácticos para rezar el Rosario todos los días

rezo-rosario_dominiopblico_061016

[Tomado y adaptado de aciprensa]

Durante el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario, se nos presenta la oportunidad de redescubrir esta oración, que no solo muestra los misterios de la vida de Jesús y de la Virgen María, sino que fortalece la vida cristiana y concede gracias especiales que la misma Madre de Dios prometió a la humanidad.

Aquí 10 consejos prácticos para rezar el Rosario todos los días, tomados del libro “El Rosario: Teología de rodillas”, del  sacerdote, escritor y funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus:

  1. Tener el Rosario en el bolsillo

Todo católico debe tener siempre un Rosario en su bolsillo. Existe el denario con sólo diez cuentas y que puede transportarse fácilmente.

Siempre que busques un pañuelo o una llave antes de salir, recuerda también llevar el Rosario de Jesús y María.

  1. Aprovechar el tiempo libre también para rezar

En la vida cotidiana siempre hay un “tiempo libre” que podremos aprovechar para rezar el Rosario: cuando esperamos la consulta médica, un bus, una llamada importante, entre otros.

Y si por alguna razón una persona no desea mostrarse en una “sala de espera” como católico practicante, también puede utilizar sus manos: tenemos diez dedos, para contar con ellos los Avemarías.

[Nota de Héctor L. Márquez, O.P.: Si eres de esos que no desea mostrarse en lugares públicos como católico practicante (excepto en situaciones que pudieran poner en peligro tu vida), te exhorto a vencer ese miedo, pues es la mejor manera de “predicar” el Santo Rosario.]

  1. Rezar mientras se realizan quehaceres y deporte

Muchas actividades no requieren pensar mucho, porque las hacemos mecánicamente. Cuando se pica la cebolla, se tiende la ropa o se lava el auto también se puede rezar el Rosario. Así como cuando las personas que se aman piensan en el otro sin importar la actividad que realicen, el Rosario ayuda a permanecer en sintonía con el corazón de Jesús y María.

Esto también funciona para muchos deportes: correr, andar en bicicleta o nadar son actividades en las que se puede rezar el Rosario al ritmo de la propia respiración (ya sea de forma interna o en voz alta si estás solo en un campo abierto).

  1. Las imágenes y la música también pueden ayudar

El Rosario es una oración contemplativa. Más importante que las palabras que usemos, es la predisposición de nuestro corazón para contemplar cada uno de los misterios.

Para este propósito se puede buscar en Internet 5 imágenes que nos ayuden a contemplar cada pasaje de la vida Cristo y María. Por otro lado, la música también puede ser útil si se ejecuta en un segundo plano para encontrar paz.

  1. Canalizar nuestras distracciones para rezar

Es difícil una oración en la que no surjan distracciones. Una y otra vez los pensamientos vienen a nuestra mente: la lista de compras, el cumpleaños de un amigo, una enfermedad o una preocupación. Si luchamos contra ella en la oración, a menudo es peor.

Es mejor reunir estas “distracciones” y rezar un Avemaría por las personas, por los amigos y familiares, por uno mismo y los problemas. De este modo la oración se hace sincera y personal.

  1. Rezar por el otro mientras nos desplazamos

En el camino al trabajo o a la escuela, ya sea en auto o en bus, en tren o caminando, es posible rezar el Rosario sin bajar la cabeza y cerrar los ojos.

Rezar mientras nos desplazamos significa dedicar los Avemarías a las personas con las que hemos establecido contacto o visto durante el día; también por las empresas e instituciones que están en mi camino.

Por ejemplo, si veo a un doctor en mi camino puedo rezar por las personas que atenderán sus enfermedades con él.

  1. Orar de rodillas o peregrinando

El Rosario puede rezarse siempre y en todo lugar. A veces, cuando se reza de rodillas o se peregrina se puede llegar a sentir un “desafío físico”. Sin embargo esto no se trata de “torturarse” o aguantar el mayor tiempo posible, sino de tener en cuenta que tenemos un cuerpo y alma para adorar a Dios. Por lo tanto, el rosario es también una oración de peregrinación.

  1. Conectar cada misterio con una intención

No siempre se tiene que rezar el Rosario de corrido. A menudo puede ser útil conectar cada misterio con una preocupación particular: mi madre, un amigo, el Papa, los cristianos perseguidos. Cuanto más específico sea, mejor. La alabanza y dar gracias a Dios no deben tampoco estar ausentes.

  1. Rezarlo en momentos de sequía espiritual

Nosotros los cristianos no somos “yoguis” que debemos cumplir con prácticas ascéticas para “vaciar” nuestra mente. Si bien nuestra relación con Dios está por encima de cualquier actividad, hay también momentos de sequía y aflicción en los que no se puede orar.

En estos momentos difíciles, tenemos que recogernos con el Rosario y simplemente recitar las oraciones. Esto no es una charla pagana, sino que aquella pequeña chispa de buena voluntad que ofrecemos a Dios, puede fomentar que el Espíritu Santo avive la llama de nuestro espíritu.

En tiempos difíciles, incluso puede ser suficiente sostener el Rosario sin pronunciar una palabra. Este estado desdichado ante Dios y su madre se convierte en una buena oración y ciertamente no permanece sin respuesta.

  1. Caer dormido rezando el Rosario

El Rosario no debe estar solo es nuestro bolsillos, sino en cada mesita de noche. Cuando se intenta conciliar el sueño también se pueden rezar los Avemarías y es mejor que contar ovejas.

En ocasiones solo las personas mayores y enfermas se “aferran” al Rosario por la noche debido a las promesas de seguridad, fortaleza y consuelo. Sin embargo, también en los buenos tiempos se debe recurrir a esta oración y pedir especialmente por aquellos que sufren.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA Deutsch.

Mel Gibson prepara una película sobre la Resurrección de Cristo

gison the christ

Mel Gibson y el guionista Randall Wallace están trabajando en una secuela de La pasión de Cristo que contará la historia de la resurrección de Jesús, según contó el propio Wallace a The Hollywood Reporter.

El propio Wallace confirmó a regañadientes los rumores de que ha comenzado a escribir el guión de una historia sobre la resurrección, diciendo a THR  que el proyecto se está volviendo demasiado difícil de mantener secreto.

Wallace, quien recientemente dirigió y co-escribió el drama “El cielo es real” sobre Colton Burpo y las experiencias cercanas a la muerte, dice que él y Gibson empezaron a tomarse en serio una secuela de La Pasión, la película independiente más exitosa de todos los tiempos.

Tomado de: http://infovaticana.com/2016/06/10/mel-gibson-prepara-una-pelicula-la-resurreccion-cristo/

5 cosas que estabas haciendo mal en Misa y no lo sabías

misa-fieles-700x438

La Santa Misa es la renovación incruenta del sacrificio pascual de Cristo en la cruz y la “fuente y culmen de toda la vida cristiana“. Por tal razón, y con el fin de adentrarnos más en los sagrados misterios, es que la Iglesia ha dispuesto que la Misa lleve un orden determinado (Nuestro Dios es un Dios de orden). Por eso en este artículo te compartimos 5 cosas que estabas haciendo mal en Misa y no lo sabías.

1) “… Y líbranos del mal ¿AMÉN?”

Cuando rezamos el Padre Nuestro de manera personal o en nuestros grupos de oración acostumbramos a concluirlo con un “Amén”. Eso está muy bien, sin embargo durante la Santa Misa ocurre algo distinto. El Padre Nuestro es la única oración que está integrada en la liturgia como parte de una oración más larga. Por tal razón no debe decirse “Amen” luego del “y líbranos del mal” pues el sacerdote continúa con la oración diciendo “líbranos Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días…”

2) “Por Cristo con Él y en Él…”

Algunos fieles suelen cometer el error de decir partes de la Misa que solo le corresponden al sacerdote. Esto es muy común al final de la plegaria eucarística cuando el sacerdote reza “Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”. Los fieles no deben decir esa parte, pues solo le corresponde al sacerdote. A los fieles nos corresponde responder a eso con un “Amén”.

3) Durante la consagración ¿Nos arrodillamos o nos quedamos de pie?

Para esto debemos remitirnos a la OGMR (Ordenación General del Misal Romano) que en su numeral 43 dice claramente “…estarán de rodillas, a no ser por causa de salud, por la estrechez del lugar, por el gran número de asistentes o que otras causas razonables lo impidan, durante la consagración“. La propia OGMR señala que quienes, por los motivos antes mencionados no puedan arrodillarse, deben hacer una profunda inclinación de reverencia cuando el sacerdote se arrodille luego de la consagración. Pero más allá de la rúbrica ¿Acaso nuestras rodillas no deberían caer sin que lo notemos mientras ocurre el más grande milagro sobre la faz de la tierra?

4) Rito de la paz

El llamado “rito de la paz” o “saludo de la paz” es opcional. Pero cuando se hace, el saludo debe ser solo a las personas más cercanas a nuestros lugares y siempre guardando la debida reverencia a la celebración. Recordemos que Jesús se acaba de hacer presente en la Santa Eucaristía y que debe ser el centro de nuestra atención en ese momento. No es necesario, por ejemplo, caminar de un lado al otro del templo buscando conocidos para saludarles en ese momento.

5) El ayuno eucarístico

Este no es precisamente un error durante la Misa, sino mas bien antes de la Misa. El catecismo enseña que “Para prepararse convenientemente a recibir este sacramento, los fieles deben observar el ayuno prescrito por la Iglesia“. Pero ¿Cual es este ayuno? La Iglesia establece que debemos guardar ayuno de cualquier alimento sólido al menos una hora antes de recibir la Santa Eucaristía. Así que quedan descartadas esas galletas que comías en la puerta del templo antes de Misa. Eso sí, queda permitido el consumo de agua y medicinas. De no cumplirse ese requisito, puedes participar de la Santa Misa pero no puedes comulgar.

Tomado de ChurchPOP –  Para leer el artículo completo y otras “gotitas del saber”, te invitamos a visitar:  http://es.churchpop.com/2016/02/22/5-cosas-que-estabas-haciendo-mal-en-misa-y-no-lo-sabias/

¿Dónde van los niños que mueren sin ser bautizados?

La esperanza de salvación para los niños que mueren sin Bautismo

Por: P. Eduardo María Volpacchio | Fuente: Algunasrespuestas.com

“Nosotros perdimos cinco bebes de semanas pues se morían en mi vientre, fue algo muy doloroso y conflictivo interiormente, porque yo anhelaba tenerlos, sin embargo los perdía, y cuando me volvía a quedar embarazada sentía un conflicto por que no quería volver a perderlos. Ahora yo me pregunto donde están pues solo pude bautizar al último, pues antes no sabía que cualquiera puede hacerlo en caso de urgencia en ausencia de un sacerdote”.

La doctrina católica enseña dos cosas al respecto:

1) que los niños que mueren sin el bautismo no pueden ir al infierno porque no tienen pecados personales.

2) Que el único medio que la Iglesia tiene para perdonar el pecado original, es el bautismo.
Armonizando estas dos verdades, tradicionalmente muchos teólogos solían resolver la cuestión diciendo que los niños que morían si el bautismo no iban ni al cielo ni al infierno, sino a un lugar de felicidad natural, pero sin visión de Dios, llamado limbo. En la revelación no había nada que sustentara esta opinión; y nunca fue un dogma de fe, sino un explicación común en muchos teólogos.

El Papa Benedicto XVI encargó a la Comisión Teológica Internacional que estudiara el tema. Las conclusiones de la Comisión son que no hay nada en la revelación que permita sostener la existencia del limbo. Y que, si bien el único medio que la Iglesia conoce para el perdón del pecado original es el bautismo, eso no significa que Dios no pueda perdonarlo.

De manera que confiando en la misericordia de Dios, la Iglesia puede esperar que los niños que mueren sin bautismo vayan a cielo.

Si bien no tenemos datos revelados para confirmar esta enseñanza, tampoco hay datos revelados para rechazarla. Y es la que parece más coherente con la misericordia de Dios.

De manera, que puede consolarse sabiendo que sus hijos están en el cielo. Es más, teniendo en cuenta que los padres tienen hijos cara a la vida eterna (no sólo para esta vida que pasa, sino sobretodo para la definitiva), con esos hijos están seguros de que han alcanzado la gloria para los que los tuvieron: los otros dos tendrán que “remar” para alcanzarla (como todos nosotros).

Incluso pueden pedirles cosas a sus hijos, sabiendo que pueden interceder por Uds. delante de Dios. Una persona en el cielo, tiene mucha más madurez de la que podamos tener en la tierra, independientemente de la edad en que haya muerto.
Puede encontrar el documento en la página de la Santa Sede:

La esperanza de salvación para los niños que mueren sin Bautismo

¿Los católicos adoran las imágenes?

Papa Francisco ora ante virgen

Les invito a leer esta interesante y muy completa reflexión del P. Henry Vargas Holguín sobre un tema que hemos tratado en alguna otra ocasión y que siempre es motivo de controversia, sobre todo con nuestros hermanos protestantes.

¡Católico, conoce tu fe para que puedas defenderla!

“Es común decir que los católicos rinden culto a las imágenes y por ello cometen idolatría. ¿Es esto cierto? ¿Por qué los católicos usan imágenes?” [continuar leyendo]

Tomado de Aleteia: http://www.aleteia.org/es/religion/articulo/los-catolicos-adoran-las-imagenes-112020