La Orden de Predicadores reconoce desde sus inicios la protección de la Virgen y “no duda en confesarla, la experimenta continuamente y la recomienda a todos – frailes, hermanas y seglares – para que apoyados en su protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador” (LG, n. 62) para llevar a cabo la difícil misión de la salvación de los hombres.
LITURGIA DE LAS HORAS
Propio O.P.