REFLEXIÓN PARA EL MARTES DE LA TRIGÉSIMA CUARTA SEMANA DEL T.O. (2) 24-11-20

“Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida”.

En la lectura evangélica para la liturgia de hoy (Lc 21,5-11), Jesús utiliza un lenguaje simbólico muy familiar para los judíos de su época, el llamado género apocalíptico, una especie de “código” que todos comprendían.  Al igual que con la primera lectura (Ap 14,14-19), que participa del mismo género, no podemos hacer una lectura literal de los textos, so pena de caer en interpretaciones erróneas y pasar por alto su sentido profundo.

El Evangelio nos sitúa en el comienzo del último discurso de Jesús, el llamado “discurso escatológico”, en el cual se mezclan dos eventos: el fin de Jerusalén y el fin del mundo, siendo el primero un símbolo del segundo. Ello hace que el mensaje que encierra el pasaje sea válido para todos los tiempos.

Los que seguían a Jesús comentaban sobre la belleza del Templo, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo, “por la calidad de la piedra y los exvotos” (los exvotos son los dones u ofrendas como una muleta, una figura de cera, o de plata u otro metal, cabellos, tablillas, cuadros, etc., que los fieles dedican a Dios en señal y recuerdo de un beneficio recibido, y que se cuelgan en los muros o en la techumbre de los templos). Jesús enfatiza la fragilidad y transitoriedad de las obras humanas, por más portentosas que sean: “Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.

La pregunta de los discípulos no se hizo esperar: “Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?” Nuestra naturaleza humana nos lleva a querer saber cuándo y cómo, y qué señales debemos esperar; esa obsesión con el tiempo lineal, cuando nuestra verdadera preocupación debe ser por las cosas eternas. A lo largo de la historia encontramos personas que se nutren y aprovechan del miedo y la incertidumbre que produce ese “final de los tiempos”. Fue así en tiempos de Jesús y continúa siéndolo hoy. Por eso Jesús advierte a sus discípulos: “Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: ‘Yo soy’, o bien ‘El momento está cerca’; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida”.

Son muchas las sectas que han florecido vendiendo un mensaje del fin inminente, para luego tener que cambiar la “fecha” una y otra vez. Me causa una mezcla de lástima y tristeza ver a tantas personas que se llaman católicos, genuinamente preocupados por la supuesta llegada del fin de los tiempos en diversas fechas. Jesús nos advierte contra aquellos que nos digan que “el momento está cerca”. Él mismo nos dice también que: “En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mt 24,36).

Para nosotros los cristianos el día y la hora no deben tener importancia alguna. Lo importante es estar preparados, para que cuando llegue el novio, nos encuentre con las lámparas encendidas y con aceite para alimentarlas. Así entraremos con Él a la sala nupcial (Mt 25,1-13).

¿CUÁNDO COMIENZA LA CUARESMA EN EL 2017?

Como este año el tiempo entre la Epifanía y el comienzo del Tiempo Ordinario fue tan corto, varios hermanos me han preguntado cuándo comienza la Cuaresma. Aquí la contestación, tomada de http://www.cuandopasa.com/index.php?v=v23574d, y corroborada en el calendario litúrgico-pastoral de mi Arquidiócesis (recuerden que no todo lo que dice la internet necesariamente es cierto):

La Cuaresma del año 2017 tiene lugar del 1 de Marzo al 13 de Abril. El tiempo de Cuaresma es un periodo del calendario litúrgico que comienza el Miércoles de Ceniza a las 12:00 y finaliza el Jueves Santo sobre las 15:00 (la hora nona) con la misa vespertina. Son unos días de “ayuno” y penitencia donde se excluyen los domingos, por ser días de fiesta.

La Cuaresma tiene cinco domingos más el Domingo de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes. No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico.

• Primer Domingo de Cuaresma: 5 de Marzo de 2017

• Segundo Domingo de Cuaresma: 12 de Marzo de 2017

• Tercer Domingo de Cuaresma: 19 de Marzo de 2017

• Cuarto Domingo de Cuaresma: 26 de Marzo de 2017

• Quinto Domingo de Cuaresma: 2 de Abril de 2017

• Domingo de Ramos: 9 de Abril de 2017

La cuaresma del latín “quadragésima” es el “cuadragésimo día antes de la pascua”. Son 40 días de preparación para la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados, y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. La duración de cuarenta días simboliza la prueba de Jesús al permanecer justo 40 días en el desierto, antes de su misión pública. Hoy en día la práctica del “ayuno” consiste más que en la privación de comer carne en un espíritu penitencial, de conversión y de oración. Aun así la abstinencia en la ingesta de carne es una tradición muy seguida entre los cristianos, sobre todo en las iglesias de Oriente.