Vídeo en De la mano de María TV: Nuestra Señora de Fátima

REFLEXIÓN PARA LA MEMORIA OBLIGATORIA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 20-06-20

Hoy celebramos la Memoria obligatoria del Inmaculado Corazón de María. La Iglesia, a través de la liturgia, nos recuerda que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Por eso celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y la conmemoración del Inmaculado Corazón de María en días consecutivos, viernes y sábado de la semana siguiente al domingo después de Corpus Christi. Como dijo el papa Pablo VI: “María  es siempre el camino que conduce a Cristo”. Es a través del Inmaculado Corazón traspasado de María que podemos llegar al Sagrado Corazón de su Hijo amado. ¡A Jesús por María!

Ese corazón maternal que se conmovió ante el problema de los novios en las bodas de Caná, propiciando el primer milagro de su Hijo, está presto a conducirnos al corazón amoroso de su Hijo para que obre el milagro de nuestra salvación.

Acercarnos al Corazón Inmaculado de María es acercarnos al Sagrado Corazón de Jesús. Ambos laten al unísono; y a través de ambos fluye la misma sangre. Recordemos que por el misterio de la Encarnación, María de Nazaret concibió al Hijo de Dios en sus purísimas entrañas sin ayuda de varón. Por tanto, la estructura genética (ADN) de ambos es idéntica. Así, la sangre que se vertió en la Cruz fue también la sangre de María…

La lectura evangélica propia de la memoria (Lc 2,41-51), el episodio del Niño perdido y hallado en el templo, culmina diciendo que “Su madre conservaba todo esto en su corazón”. María meditaba y conservaba todos los misterios de su Hijo que se le iban revelando y, aunque no los comprendía del todo, sabía que formaban parte de un plan que rebasaba su entendimiento y los aceptaba como la voluntad del Padre.

De esta manera Lucas resalta la calidad de discípulo-modelo en María, la que escucha la Palabra de su Hijo y la medita en su corazón, fundiéndose amos corazones en uno. Eso permite a María seguir los pasos de su Hijo como su perfecta discípula.

Aunque la devoción al Inmaculado Corazón de María puede trazarse a los primeros siglos de la Iglesia, la misma se difundió a partir del siglo XVII, promovida por San Juan Eudes. No obstante, adquirió notoriedad cuando la Virgen de Fátima, en una aparición a la vidente Lucía Martos en 1925 le dijo: “Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra…. Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes…. Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz…. Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz”.

El 31 de octubre de 1942, en una ceremonia solemne, el papa Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María. El 4 de mayo de 1944, el mismo papa estableció oficialmente la conmemoración litúrgica para la Iglesia universal. El papa san Juan Pablo II declaró que la misma es de carácter obligatorio, es decir, que se celebra en todo el mundo.

“¡Llévanos a Jesús de tu mano! ¡Llévanos, Reina y Madre, hasta las profundidades de Su Corazón adorable! ¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!”

Programa radial sobre apariciones de Fátima 13-05-2020

Este miércoles, 13 de mayo, Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, a las 3:30 pm hora de Puerto Rico, estaremos participando en vivo con el periodista católico John Morales, a través de Relevant Radio Español en un programa especial sobre las apariciones de Fátima.

Sintonízanos descargando el App, o a través de internet. ¡Te esperamos!

#relevantradioespanol

REFLEXIÓN PARA EL LUNES DE LA CUARTA SEMANA DE PASCUA (Y FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA) 13-05-19

Hoy la Iglesia Universal conmemora la aparición de la Nuestra Señora de Fátima a los niños Lucía, Jacinta y Francisco. Hace unos años compartimos una reflexión sobre esta festividad y ofrecimos detalles sobre las apariciones, especialmente el “milagro del sol” del 13 octubre de 1917.

La liturgia pascual continúa ofreciéndonos el Evangelio según san Juan. Hoy comenzamos la lectura del capítulo 10 (Jn 10,1-10) y Juan continúa desarrollando la alegoría del Pastor y las ovejas para referirse a la relación entre Jesús y nosotros. Hoy le añade un nuevo elemento a la alegoría: Nos presenta a Jesús, no solo como el pastor, sino como la puerta del aprisco de las ovejas. El aprisco es el lugar donde los pastores recogen sus rebaños para resguardarlos del frío o de la intemperie, mientras uno de ellos vigila toda la noche. Al amanecer, cuando van a llevar las ovejas a pastar, cada cual llama a las suyas y estas responden a su voz, o a su silbido particular.

Por eso Jesús comienza reiterando que las ovejas conocen su voz, que Él llama a cada una por su nombre y, una vez afuera, las ovejas le siguen “porque conocen su voz”. Como los que le escuchaban (que eran fariseos) parecieron no comprenderle, Jesús les propuso otra alegoría: “Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos: pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago: yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”. Otro de los “Yo soy” que Juan pone en boca de Jesús y nos apuntan a la divinidad de Jesús (Cfr. Ex 3,14).

Vemos cómo en este pasaje la alegoría de la “Puerta” adquiere mayor relieve que la del “Pastor”. Jesús se nos presenta hoy como la “puerta de las ovejas”, el único Mediador que puede alcanzarnos la salvación que Él ha obtenido para nosotros en virtud de su Misterio Pascual (muerte-resurrección). El mismo Pastor que nos conduce a verdes praderas y aguas tranquilas (Sal 23,2), se convierte en la Puerta que nos da acceso a esas praderas y aguas a través de la “cortina”, es decir, a través de su carne. “Tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que Él nos abrió a través del velo del Templo, que es su carne” (Hb 10, 19; Cfr. Mt 27,51).

Jesús nos está pidiendo que le sigamos, y ese seguimiento incluye seguirle hasta el Calvario, en donde la sangre derramada del Cordero se convierte en la Puerta que ha de conducirnos a la vida eterna: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”.

Esa es la misión de Jesús, dar vida a nosotros, sus ovejas, inclusive ofreciendo su propia vida para que podamos obtenerla. Jesús-Puerta nos abre a un nuevo espacio infinito y eterno, en donde todo el que le siga tiene cabida, como nos muestra la primera lectura de hoy, con la predicación del Evangelio de Jesús por parte de Pedro a los paganos (Hc 11,1-18).

“Señor: Danos un gran respeto hacia todos, vengan de donde vengan, y que tu Iglesia abrace a todas las culturas, para que Cristo sea verdaderamente el Señor y Pastor de todos, ahora y por los siglos de los siglos” (Oración colecta).

REFLEXIÓN PARA LA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN (B) 13-05-18

Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. En la actualidad esta solemnidad se celebra el séptimo domingo de Pascua en lugar del jueves de la sexta semana, que es cuando se cumplen los cuarenta días desde la Resurrección. Esta año también coincide con la conmemoración de la primera aparición de la Nuestra Señora de Fátima a los niños Lucía, Jacinta y Francisco y, en Puerto Rico, con el día de las madres. ¡Estamos de fiesta!

La solemnidad de la Ascensión nos sirve de preámbulo a la Fiesta de Pentecostés que observaremos el próximo domingo, cuando se ha de cumplir la promesa de Jesús a sus discípulos antes de su Ascensión, que leemos en la primera lectura de hoy (Hc 1,1-11): “Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hc 1,8; Cfr. Lc 24,49).

La Ascensión es la culminación de la misión redentora de Jesús. Deja el mundo y regresa al mismo lugar de donde “descendió” al momento de su encarnación: a la derecha del Padre. Pero no regresa solo. Lleva consigo aquella multitud imposible de contar de todos los justos que le antecedieron en el mundo y fueron redimidos por su muerte de cruz. Las puertas del paraíso que se habían cerrado con el pecado de Adán, estaban abiertas nuevamente.

San Cirilo de Alejandría lo expresa con gran elocuencia: “El Señor sabía que muchas de sus moradas ya estaban preparadas y esperaban la llegada de los amigos de Dios. Por esto, da otro motivo a su partida: preparar el camino para nuestra ascensión hacia estos lugares del Cielo, abriendo el camino, que antes era intransitable para nosotros. Porque el Cielo estaba cerrado a los hombres y nunca ningún ser creado había penetrado en este dominio santísimo de los ángeles. Es Cristo quien inaugura para nosotros este sendero hacia las alturas. Ofreciéndose Él mismo a Dios Padre como primicia de los que duermen el sueño de la muerte, permite a la carne mortal subir al cielo. Él fue el primer hombre que penetra en las moradas celestiales… Así, pues, Nuestro Señor Jesucristo inaugura para nosotros este camino nuevo y vivo: ‘ha inaugurado para nosotros un camino nuevo y vivo a través del velo de su carne’ (Hb 10,20)”.

El Evangelio de hoy nos presenta lo que parecería ser la “conclusión” del relato evangélico de Marcos (Mc 16,15-20), pero que en realidad es el “comienzo” de la historia de la Buena Noticia del Evangelio: “ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. Estas palabras, pronunciadas por Jesús justo antes de su gloriosa ascensión, le imprimen a la Iglesia su talante misionero. Nos dice la lectura que inmediatamente Jesús se fue al cielo y que los apóstoles “se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.

Ahora que el Resucitado vive en la Gloria de Dios Padre, pidámosle que envíe sobre nosotros su Santo Espíritu para que, al igual que los apóstoles, tengamos el valor para continuar su obra salvadora en este mundo para que ni uno solo de sus pequeños se pierda (Mt 18,14).

Que pasen un hermoso fin de semana, y Felicidades a todas las madres en su día.

 

Grandes Indulgencias por los 100 años de FÁTIMA

Comunicado – Parroquia de Nuestra Señora de Fátima

Padres Mercedarios, Hato Rey, Puerto Rico

Los 100 años de las apariciones de Fátima son el evento cristiano más importante del 2017.

Y el Papa Francisco ha decretado la concesión de indulgencias plenarias alrededor de él.

Por los 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal, el Papa Francisco ha decidido conceder la indulgencia plenaria durante todo el Año Jubilar que comenzó el 27 de noviembre y terminará  el 26 de noviembre de 2017.

El Santuario de Fátima indicó que para obtener las indulgencias plenarias los fieles deben  cumplir primero con condiciones habituales: confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.

El secretario de la rectoría del Santuario de Fátima en Portugal, André Pereira, explicó que las indulgencias plenarias podrán obtenerse durante todo el Año Jubilar y para ello existen tres maneras:

1.- Peregrinar al Santuario: “que los fieles vengan en peregrinación al Santuario de Fátima en Portugal y que allí participen en una celebración u oración dedicada a la Virgen”.

2.- Ante cualquier imagen de la Virgen de Fátima en todo el mundo

La segunda forma se aplica para “los fieles piadosos que visitan con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, de cualquier parte del mundo,  en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre (de 2017), y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María”. También se debe rezar un Padrenuestro, el Credo e invocar a la Virgen de Fátima.

3.- Ancianos y enfermos

La tercera forma de obtener una indulgencia se aplica a las personas que por la edad, enfermedad u otra causa grave estén impedidos de movilizarse.

Gran conmemoración de los 100 años de la Aparición de la Virgen del Rosario de Fátima con indulgencia plenaria en  la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima en Hato Rey.

Con gran alegría anunciamos las siguientes actividades a celebrarse en nuestra parroquia durante el Año Jubilar:

  • Sábado 6 de mayo 2017 : Conferencia magistral – Hora:7:30 pm

100 años  de Gracia y Misericordia: Centenario de la Virgen de Fátima.

Conferenciante: Profesor  Américo López Ortiz.

Presidente Internacional Apostolado Mundial de Fátima.

  • Sábado 13 de mayo y todos los sábados cercanos al 13 de mes, meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre del 2017. Hora: 6:00pm

Actividades:

  • Rezo del Santo Rosario
  • Santa Eucaristía
  • Oraciones para obtener indulgencia plenaria
  • Oración de consagración a la protección de la Virgen de Fátima
  • Sábado 14 de octubre 2017 : Conferencia magistral – Hora: 7:30 pm

Actualidad del mensaje de Fátima en el 2017

Conferenciante: Profesor Héctor Márquez, OP.

Para Información: Parroquia de Nuestra Señora de Fátima, Padres Mercedarios

Ave. Muñoz Rivera 608, Hato Rey, P.R. (frente al centro Judicial)

Teléfono: 787-753-6334    Fax: 787-764-3571

30 Marzo 2017

CONMEMORACIÓN DEL “MILAGRO DEL SOL” DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA 13-10-16

fatima

Hoy es 13 de octubre, fecha en que la Iglesia conmemora la última aparición de la Virgen María a los niños Lucía, Jacinta y Francisco en un lugar llamado Cova de Iría (Ensenada de Irene), cerca de Fátima, Portugal, aparición que dio origen a la advocación de Nuestra Señora de Fátima.

La primera aparición estuvo precedida por varias apariciones de un ángel que exhortó a los niños a orar repitiendo las siguientes palabras: “Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te espero y yo te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te esperan y no te aman”. Después de repetir esta oración tres veces, el ángel les dijo: “Oren de esta forma. Los corazones de Jesús y María están listos para escucharlos”.

Me llama la atención el hecho de que cuando el ángel del Señor se apareció a los niños les dijo: “No tengan miedo. Soy el ángel de la paz. Oren conmigo”. “No tengan miedo”. Las mismas palabras que el ángel le dijo a María en la Anunciación (Lc 1,30).

El 13 de mayo de 1917, casi ocho meses después de la última aparición del ángel, mientras pastoreaban el rebaño de su familia en la Cova de Iría, la Santísima Virgen se le apareció a los niños bajo el nombre de Nuestra Señora del Rosario. De hecho, el primer mensaje de la Virgen a los niños fue que rezaran el Santo Rosario todos los días para traer la paz al mundo. Para ese tiempo la Primera Guerra Mundial estaba en pleno apogeo.

Pero tal vez la aparición más conocida, por lo espectacular y por el número de testigos (unas 70,000 personas), fue la última, que ocurrió el 13 de octubre de 1917, en el mismo lugar. Es el llamado “milagro de cielo de Fátima” o el “milagro del sol”. Este suceso se considera el fenómeno sobrenatural más grande del siglo XX.

Según los múltiples relatos del suceso, luego de una lluvia torrencial el sol salió, y ante la mirada atónita de los presentes, giró tres veces sobre sí mismo mientras emitía luces de múltiples colores, dando la impresión de que iba a caer sobre ellos, lo que provocó que muchos gritaran de miedo. Mientras esto sucedía, los niños videntes tuvieron visiones de San José con el Niño, Nuestra Señora de los Dolores, y Nuestra Señora del Carmen. Este fenómeno del sol duró aproximadamente diez minutos, y al terminar, las ropas de todos los presentes, que se habían empapado con la lluvia torrencial, estaban totalmente secas, al igual que el suelo del lugar.

Pidamos a Nuestra Señora de Fátima que nos ayude a perseverar en el rezo del Santo Rosario, y que lleve nuestras súplicas a su Hijo para que el mundo alcance la paz que tanto anhelamos, sobre todo en el Mediano Oriente, para que termine la matanza de cristianos.

Les invito a repetir la oración que el ángel enseñó a los pastorcitos:

“Mi Dios, yo creo en ti, yo te adoro, yo te espero y yo te amo. Te pido perdón por los que no creen, no te adoran, no te esperan y no te aman”. Amén.

REFLEXIÓN PARA LA MEMORIA OBLIGATORIA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 04-06-16

inmaculado corazón de maria

Hoy celebramos la Memoria obligatoria del Inmaculado Corazón de María. La Iglesia, a través de la liturgia, nos recuerda que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre. Por eso celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y la conmemoración del Inmaculado Corazón de María en días consecutivos, viernes y sábado de la semana siguiente al domingo después de Corpus Christi. Como dijo el papa Pablo VI: “María  es siempre el camino que conduce a Cristo”. Es a través del Inmaculado Corazón traspasado de María que podemos llegar al Sagrado Corazón de su Hijo amado. ¡A Jesús por María!

Ese corazón maternal que se conmovió ante el problema de los novios en las bodas de Caná, propiciando el primer milagro de su Hijo, está presto a conducirnos al corazón amoroso de su Hijo para que obre el milagro de nuestra salvación.

Acercarnos al Corazón Inmaculado de María es acercarnos al Sagrado Corazón de Jesús. Ambos laten al unísono; y a través de ambos fluye la misma sangre. Recordemos que por el misterio de la Encarnación, María de Nazaret concibió al Hijo de Dios en sus purísimas entrañas sin ayuda de varón. Por tanto, la estructura genética (ADN) de ambos es idéntica. Así, la sangre que se vertió en la Cruz fue también la sangre de María…

La lectura evangélica propia de la memoria (Lc 2,41-51), el episodio del Niño perdido y hallado en el templo, culmina diciendo que “Su madre conservaba todo esto en su corazón”. María meditaba y conservaba todos los misterios de su Hijo que se le iban revelando y, aunque no los comprendía del todo, sabía que formaban parte de un plan que rebasaba su entendimiento y los aceptaba como la voluntad del Padre.

De esta manera Lucas resalta la calidad de discípulo-modelo en María, la que escucha la Palabra de su Hijo y la medita en su corazón, fundiéndose amos corazones en uno. Eso permite a María seguir los pasos de su Hijo como su perfecta discípula.

Aunque la devoción al Inmaculado Corazón de María puede trazarse a los primeros siglos de la Iglesia, la misma se difundió a partir del siglo XVII, promovida por San Juan Eudes. No obstante, adquirió notoriedad cuando la Virgen de Fátima, en una aparición a la vidente Lucía Martos en 1925 le dijo: “Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra…. Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes…. Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz…. Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz”.

El 31 de octubre de 1942, en una ceremonia solemne, el papa Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María. El 4 de mayo de 1944, el mismo papa estableció oficialmente la conmemoración litúrgica para la Iglesia universal. El papa Juan Pablo II declaró que la misma es de carácter obligatorio, es decir, que se celebra en todo el mundo.

“¡Llévanos a Jesús de tu mano! ¡Llévanos, Reina y Madre, hasta las profundidades de Su Corazón adorable! ¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!”

REFLEXIÓN PARA EL VIERNES DE LA SÉPTIMA SEMANA DE PASCUA (MEMORIA DE NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA) 13-05-16

pedro me amas

Hoy es 13 de mayo, fecha en que celebramos la memoria de Nuestra Señora de Fátima. El año pasado reflexionamos sobre estas apariciones, a la que les referimos.

Ya en el umbral de Pentecostés, la liturgia nos propone como lectura evangélica (Jn 21,15-19) la conclusión del Evangelio según san Juan, que nos ha acompañado durante prácticamente toda la Pascua. Este pasaje constituye, junto a Mt 16,18 lo que tal vez sea el argumento bíblico más decisivo sobre el primado de Pedro en la Iglesia universal.

Jesús, en su infinita pero misteriosa sabiduría, ha escogido a uno de sus amigos íntimos para que “apaciente sus corderos”, “pastoree sus ovejas”. Sí, al mismo Pedro que, luego de haber asegurado que estaba dispuesto a dar su vida por Él (Jn 13,37), había terminado negándolo tres veces (Mt 26,69-75). Mientras las multitudes seguían y aclamaban a Jesús, era fácil decir que estaba dispuesto a dar la vida por Él. Cuando se vieron rodeados de soldados y amenazados, ese entusiasmo se esfumó. Trato de imaginarme la angustia, la frustración, la vergüenza que sintió Pedro al recordar las palabras de Jesús cuando le dijo que antes de que cantara el gallo le habría negado tres veces.

Ahora se encuentran por última vez, luego del suceso traumático de la muerte de Jesús y su posterior resurrección. Ya todos comprendían lo que Jesús les había adelantado sobre su resurrección. Una vez más el ambiente es de sobremesa; acababan de consumir parte del producto de la pesca milagrosa, y Jesús y su amigo Pedro tienen un “aparte”, probablemente tomando un corto paseo a orillas del lago de Tiberíades. Jesús quiere confiarle a Pedro el rebaño que con tanto amor Él había juntado. Por eso el diálogo gira en torno al principal requisito que tiene que cumplir el que vaya a asumir semejante tarea: el amor.

Jesús conoce lo que hay en nuestros corazones, al punto que las palabras a veces pueden hasta tornarse en obstáculos. Pero aun así le pregunta tres veces (el mismo número de las negaciones): “¿me amas más que éstos?”; “¿me amas?”; “¿me quieres?”. Nos dice la escritura que a la tercera pregunta Pedro “se entristeció”. Probablemente recordó las negaciones, y también cuando su mirada se cruzó con la de Jesús en casa de Caifás. Jesús sabe que Pedro le ama, pero quiere que Pedro esté seguro que le ama. Porque la labor que le va a encomendar es una de amor, pues solo el que ama “hasta que le duela”, al punto de dar la vida, puede predicar el amor. Todo eso está implícito en la última palabra: “Sígueme”.

Jesús le está confiando su más preciado tesoro, y le está pidiendo que ese mismo amor que le tiene a Él, lo demuestre en su entrega incondicional a ese “rebaño”. Después de todo, la misión de Pedro, junto a los demás discípulos va a ser solo una: predicar el Amor a todo el mundo. Esa es también nuestra misión, y sobre esa gestión hemos de rendir cuentas. Como nos dijo san Juan de la Cruz: “Al atardecer de la vida, seremos examinados en el amor”.

Consciente del alcance y significado de la pregunta, cierra los ojos, examina tu corazón y contesta la pregunta que Jesús te está haciendo: “¿me amas?”